La carrera de Sociología, como una ciencia que estudia la interacción de los individuos en sociedad, interacción entre ellos, entre sociedades, cautivó mi razonamiento. El sentido de percibir cambios en las estructuras sociales, generaba una motivación que alejaba los pensamientos empíricos que surgían por profundizar y tratar de entenderlos.
El dar una explicación al entorno, al modo de convivencia, a la influencia de los actores sociales, unos contra otros, provocaba los conflictos mas inquietantes..., terminando por sentir que pertenecía a un sistema que desconocía.
La idea sobre la construcción de una formación científica, atrapaba el interés conflictuado por conocer lo desconocido. Vivir en Sociedad y no entenderla, en una barrera a la plenitud y la realización individual, la necesidad surgió consecuencia del deseo por ser un entendido de la sociedad, sociedad que vivo, sociedad que afecto, sociedad que influye en el diario.
Un entendido concebido como aquel que es experto en su materia, aquel que posee habilidades propias de un perfil determinado, aquel que genera teorías relativas a su función y sociológico, por basarse en los estudios fundamentados en las sociedades, sus componentes, sus elementos, la diversidad de conceptos que al ser compuestas de personalidades únicas e insustituibles, generan razonamientos mas allá de la simplicidad, que se apegan a la complejidad de la naturaleza de la humanidad.
Fascinación, curiosidad, necesidad, atracción, respeto, investigación, dudas, conocimientos, son algunas de las palabras que resaltan al pensar en la razón-causa del porque del estudio de la sociología... el porque buscar ser un entendido sociológico.
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